CASA COROMINA
Únicamente los restos de un naufragio tienen ganado el derecho a permanecer en la primera línea de Temporal.
Con esa convicción y como recurso escenográfico que permita disculpar nuestra presencia hemos emulado la cizalla de las cajas de frutas de Crusoe y habitado sus volúmenes.
Los restos dispersos generan intersticios que habilitamos como patios al tiempo que nos permiten alojar eventuales náufragos estivales.
Así las cosas, descubrimos la docilidad con que los volúmenes se adecuan a nuestras exigencias para organizar un hábitat estival adaptable a varias configuraciones familiares y la riqueza de los espacios intermedios a los que da forma el sol, vigilante de nuestra itinerancia.
Las texturas son de piedra y madera y los colores los del mar.